viernes, 25 de octubre de 2013

La Orla Me Cae Encima

La ley LOMCE, que estoy leyendo despacio, es un compendio de párrafos donde la primera frase es correcta, casi obvia, y las sucesivas son falsas. A menudo porque el que ha tenido que dar forma escrita a la idea que ha oído a otros no comprende realmente lo que eso significa. O sea, sabe redactar y eso... pero no conoce a fondo estas palabras: educar, aprender, enseñar.

Otras veces lo que sigue a la primera frase es falso porque tergiversan la verdad para salir beneficiados, ya sea teniendo más control sobre los ciudadanos, ya sea asegurándose la perpetuación del sistema actual.

Por último, lo que más me asusta de este texto, es la clara y descarada forma que tiene de contradecirse. Puede ser dentro del mismo capítulo, del mismo artículo e incluso del mismo párrafo. Evidentemente los autores no consideran dicha contradicción como tal, pero suele ser porque, nuevamente, malinterpretan sus primeras afirmaciones del párrafo. Y donde dicen excelencia y potencial ellos entienden calificación numérica y triunfo personal. Pedagógicamente significan conocimiento personal y exploración de los límites. Y casi todo lo que proponen va en contra de estas dos cosas.


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