miércoles, 10 de marzo de 2010

El aderezo metafórico


Recuerdo vagamente mis clases de literatura en el colegio. Amelia era mi profesora y estaba obsesionada con que aprendiéramos todas las figuras literarias habidas. En el temario, cerca de dos mil diferentes y eso para mi, que odio la tarea memorística, era un auténtico infierno. La encabalgación, la sinécdoque, la prosopopeya, el símil o el cincunloquio son algunas de las palabras que, gracias a mi profesora de enormes gafas y alergia al metal, nunca podré olvidar. Entre todas, la metáfora.

Quién me iba a decir a mi que, unos quince años más tarde de aquellas insoportables clases iba a descubrir que una de las herramientas más útiles para trasmitir información compleja a los jugadores son las metáforas. Con ellas no sólo traduzco a un lenguaje familiar los contenidos que quiero comunicar, sino que además, los impregno de emoción. Las emociones son el pegamento de la memoria. Cuando un recuerdo está compuesto por un contenido y una emoción, éste permanece más sólido en el hipocampo del cerebro, donde la memoria a corto plazo se convierte en largo plazo y se da el aprendizaje en sí. Además se crea una conexión entre esa emoción y ese contenido de tal forma que uno evoca al otro y viceversa. O sea, mediante las metáforas no sólo afianzamos el recuerdo de un contenido; también creamos una ruta de evocación de ese recuerdo a través de la emoción asociada. Ésto puede ser muy útil en determinados momentos.

Me gustaría ejemplificar lo anterior. Una de las metáforas más habituales en nuestra práctica es la de asociar el partido y la competición a un escenario bélico. Es común encontrar referencias a Sun Tzu, Napoleón o William Wallace en las charlas prepartido de la mayoría de compañeros entrenadores. Con esto pretendemos añadir el instinto de supervivencia que en la guerra se respira. "O ellos o nosotros". El misticismo y la trascendencia épica envuelven y elevan los corazones de hasta los más débiles y le da un sentido extra a la tarea a realizar.

Mi propósito en estas líneas es coleccionar metáforas que pueden ser útiles en un equipo de baloncesto. Soy consciente de que la exclusividad del contexto necesaria para que una acción así tenga fruto dificulta el que mis metáforas le puedan servir a alguien más, pero aun así pueden convertirse en una buena base para crear otras propias. Me dedicaré a esbozar las líneas generales de cada similitud y darles el sentido positivo que creo que tienen. El sacarles punta y enmarcarlas en una historia coherente ya será trabajo de cada aquel que quiera servirse.


"ME HE COMPRADO UN JUEGO NUEVO"

El mundo de los videojuegos es apasionante. Hoy en día este negocio ya le ha arrebatado el primer puesto del podio al cine en lo que a beneficios generados se refiere. Es una actividad lúdica que ya no se limita a los niños, aunque sigue siendo en ellos donde encuentra mayor aceptación. Hace poco leí un estudio donde se calculaba que cada niño del mundo desarrollado había pasado una media de casi mil horas delante de la consola durante el pasado año. ¡¡¡ Mil horas !!!.

Lo que esto nos dice es que los videojuegos y el mundo que los rodea es un escenario habitual en el que se desarrollan los niños de hoy. Toman decisiones, aprenden métodos, asumen consecuencias, se adaptan a los cambios imprevistos y todo esto, en un entorno virtual. Si fuéramos capaces de trasferir alguna de esas vivencias al mundo real, nos encontraríamos con que niños de trece o catorce años tienen una gran experiencia resolviendo situaciones complejas, buscando soluciones alternativas a las evidentes y pensando en términos de futuro. Me explicaré.

Fue hace dos temporadas cuando se me ocurrió esta metáfora. Yo entrenaba un equipo cadete de chicos que le dedicaban mucho tiempo a formarse como jugadores, pero, como miembros de esta sociedad que eran, también le dedicaban horas y horas a sus Wii, Xbox, PS2, PS3 y/o PSP. Un día les comenté que me había comprado un juego nuevo. Era uno de esos en primera persona en el que vas recorriendo una ciudad y exterminando todo aquello vivo que encuentras. Les dije que como cada vez que me compraba un juego, lo había probado nada más llegar a casa y había gastado las primeras horas en explorar todas las posibilidades del juego. Apretando botones de formas variadas había conseguido descubrir algún que otro combo, una magia y algún ataque especial. Usando estas primeras herramientas había conseguido hacerme una idea del potencial del juego. Un par de días más tarde pasé al siguiente punto de la rutina que casi todo el mundo sigue con un juego nuevo: empezar la historia. Es entonces cuando dejas a los creadores del juego que te guíen por él. Aprendes los movimientos y ataques en el orden de dificultad creciente, y empiezas a asociar determinados combos con determinadas situaciones idóneas para su uso. Así, lo que puede ser muy útil para derrotar a un mutante gigante puede no servir de nada frente a un duende rosa, por ejemplo... Pues bien, conté toda esta historia a mi equipo para hacerles ver que ellos, cuando jugaban al baloncesto, daba la sensación de que estaban todavía en la primera etapa de un juego nuevo. Exploraban probando a hacer todo aquello que se veían capaces de hacer. Llevaban los gestos y movimientos al máximo de sus posibilidades pero no se preocupaban, TODAVÍA, de encontrar el patrón que dice qué movimiento usar en qué situación. Le dije que todavía no habían empezado el modo historia de este videojuego. Que cada cambio de mano, cada rectificado en el aire, cada bloqueo o cada pase, nacía de una necesidad concreta del juego. Y que ya había llegado el momento de jugar como expertos, no como principiantes.

Mediante esta metáfora conseguí introducirles el concepto de "lógica interna del juego" asociándolo al concepto que ya tenían de "modo historia" en un videojuego. Establecí analogías entre las dos realidades y les hice sentir que ellos ya sabían de lo que les hablaba. Además, es fácil entender que si a un chico de quince años le dices que su forma de jugar, comparándola con las consolas, es de principiante, se sienta herido en su orgullo (especialmente sensible por la etapa evolutiva en la que se encuentra). Emoción y contenido unidos, fue más fácil hacer alusión a la lógica interna en otros momentos de la temporada haciendo referencia a su orgullo de jugadores de consolas.

1 comentario:

  1. La vida en si, podria ser mas facil de lo que nuestro planteamiento/razonamiento nos permite, si fueramos capaces de encontrar un ejemplo/metafora ke explicase las circunstancias de las mismas, de una forma razonable y entendible. Lo dificil es encontrar esa "chispa" que enciende a los demas a comprender las cosas que dices o explicas, " Tu lo encontraste ". Es fascinante como algo tan simple puede llegar a repercutir en la mente humana para poder alcanzar el dificil y arduo trabajo de explicar el significado de EQUIPO. ENHORABUENA, ese es el camino, No desvies la mirada!!

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