martes, 3 de octubre de 2017

Historias de Blues I

Entonces Blues se dio cuenta de su error. Llevaba toda la vida pensando, sintiendo, dando por sentado que aquella frase de lo importante está en el interior era absoluta y únicamente cierta. Creía que con ser bueno en el fondo, uno podía caminar tranquilo. Pero esa tarde cambió abruptamente de parecer. Comprendió que era una sentencia incompleta y que nunca la había valorado en su justa medida. Hasta ahora, la idea de que se puede tener algo bueno enterrado, oculto a los ojos de los demás, que puede catapultar la balanza moral y contrarrestar aquellos despropósitos que se cometen y todos ven, le permitía mantener cierto nivel de autoestima. Pero cortando aquella cebolla con manchas de salsas y ceniza que había tenido que desenterrar del cubo de basura del apestoso bar de Laly, comprendió que con hambre no había capas desechables en aquella su cena. Tanto las de dentro como las de fuera, eran todas cebolla; eran todas importantes por igual.

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