miércoles, 10 de mayo de 2017

Compitiendo dentro de tu equipo

Compitiendo dentro de tu equipo, ya sea para conseguir minutos o para progresar como jugador, puedes entrenar y jugar con dos objetivos algo diferentes: ser de los mejores o no ser de los peores.

Aunque la diferencia puede parecer sutil, creo que no se trata de un tema menor. Perseguir, consciente o inconscientemente, un objetivo o el otro, modifica las decisiones estratégicas que se toman durante el juego.

Así, cuando uno intenta ser el mejor o de los mejores de su equipo en una determinada situación (me gusta definir el mejor como el ganador en mérito), debe asumir riesgos. Cuanto mejor se quiera ser, mayor número y de mayor riesgo deberán ser las decisiones; y más improbables los éxitos.

En cambio, si lo que se persigue es no ser el peor, uno debe minimizar los riesgos. Agudizar los sentidos y prever situaciones comprometidas, buscar ejecuciones sencillas y huir de los errores tangibles. Querer no ser el peor es algo bastante más útil y más frecuente de lo que podría parecer. Es un claro ejemplo de contenido estratégico que se aprende con la edad, y a menudo por las malas.

Creo que el camino correcto pasa por saber saltar de un objetivo al otro, entendiendo el contexto y buscando el rol correcto en el equipo. Puedes ser el tirador, el sexto hombre, el pivot que defiende y rebotea o el base cambia-ritmos, eso no importa. Ser el mejor (o no ser el peor) del equipo se puede aplicar a cada rol, a cada situación concreta o a cada repetición de cada ejercicio. El verdadero talento en este aspecto está en saber cuándo ayuda más al equipo un objetivo o el otro.

¡Suerte!